“De conceptos y definiciones” – Por William Villafañe

“De conceptos y definiciones”

No se puede pensar que el autogobierno de una entidad claramente autónoma implica el unilateral comportamiento característico de una autocracia

04/05/17. San Juan,PR. Cobertura de la La Asamblea Nacional de Estudiantes de los once recintos de la Universidad de Puerto Rico (UPR), llevada a cabo en el coliseo Roberto Clemente de Hato Rey. (Carlos Rivera Giusti/EL VOCERO)

Esta administración gubernamental ha sido enfática en que respetará el concepto de autonomía universitaria. Sin pretender alejarme de nuestra postura, entiendo razonable atender lo que el mismo significa. El diccionario de la Real Academia Española define la palabra autonomía de maneras distintas, entre estas, como “potestad que dentro de un Estado tienen municipios, provincias, regiones u otras entidades, para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios.”

También, como la “condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie” e, interesantemente, el “tiempo máximo que puede funcionar un aparato sin repostar o recargarse.” Los profesionales del Derecho, la vemos como la “[C]apacidad de los sujetos de derecho para establecer reglas de conducta para sí mismos y en sus relaciones con los demás dentro de los límites que la ley señala.” Esta última, junto a la primera de las presentadas, se convierte en la que

Mal usó $7.2 Millones con la Tarjeta de Crédito de la UPR – Incluso en botellas de vino de $1,000.00 con fondos públicos. Dejó la UPR con $320 Millones de déficit operacional

entendemos debemos reconocer todos y todas con respecto a la Universidad de Puerto Rico. Ahora bien, las otras acepciones que comparte la Academia, nos permiten analizar y discutir el presente y futuro de tan importante institución ante la situación económica que enfrentan tanto ésta como su principal inversor: el Gobierno de Puerto Rico. El segundo significado que se le brinda a la palabra “autonomía” nos refiere inmediatamente al hecho de que, quien es o se considera autónomo podría depender de alguien “para ciertas cosas.”

Las preguntas que debemos hacernos son: ¿quién decide entonces de quién y para qué cosas se depende?, ¿a quién corresponde la capacidad de determinar el nivel y tipo de dependencia? y, si sería correcto esperar algún grado de subordinación o sujeción al tercero aunque fuere en lo relacionado a esas “ciertas cosas” en las que se depende de éste. De ahí que surja como defensa, que entiendo correcta, que la Universidad es del Pueblo y que nos corresponde a todos y todas “defenderla.” En ese caso, ¿no nos correspondería también rescatarla?

No se puede pensar que el autogobierno de una entidad claramente autónoma implica el unilateral comportamiento característico de una autocracia. Cada grupo de interés en la ecuación de autonomía universitaria tiene que comprender el importante papel que le corresponde asumir en medio de la crisis fiscal presente. Amén de los esfuerzos realizados para allegar nuevos recursos a la Universidad de Puerto Rico, el Gobierno ha estado dispuesto, desde el día uno, a continuar identificando potenciales fuentes de ingresos federales y estatales para garantizar su permanencia y trascendencia.

Las propuestas económicas no deben solamente basarse en hacer que nuestra gente pague más en arbitrios y otros tipos de impuestos para que otros sobrevivan, eso fue lo que nos llevó a la heredada crisis objeto de esta y tantas otras realidades. Si bien es cierto que desde febrero de 2014 la propia institución estaba considerando recortes presupuestarios y cierre de recintos, también lo es que las intromisiones de la pasada administración en la gobernanza universitaria nunca fueron dirigidas a mejorar su situación fiscal. Todo lo contrario, su definición estaba basada en aquella de observar el “tiempo máximo que puede funcionar un aparato sin repostar o recargarse.”

Los protagonistas del presente saben que ese tiempo se ha agotado. Mantener la autonomía que ha respetado esta administración, requiere tomar acciones dirigidas al desarrollo institucional fundamentado en los nuevos tiempos. No es momento de arriesgarlo todo ante la posibilidad de perder importantes acreditaciones. Tampoco obstaculizando a los graduandos la oportunidad de insertarse oportunamente al mundo del trabajo, motor de nuestra economía y principal eje de los ingresos que ulteriormente regresan a la aún centenaria, ilustre y autónoma institución. Es tiempo William Villafañe, Secretario de la Gobernaciónde diálogo, ese que fomenta la empatía, intercambia  respetuosamente alternativas y no concluye cuando se encuentran soluciones

WILLIAM VILLAFAÑE, SECRETARIO GENERAL DEL PNP

Mi Alma máter y mi sustento

Mi invitación es a la reflexión

03/29/17. San Juan,PR. Segundo día de paralizacion estudiantil de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Rio Piedras (UPRRP) en repudio al recorte de 450 millones para el 2021 que exige la Junta de Control Fiscal Federal. (Carlos Rivera Giusti/EL VOCERO)

>Foto: Carlos Rivera Giusti/EL VOCERO

Soy un orgulloso egresado de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras que ha dedicado más de dos décadas de mi vida a un sector vital de la economía de Puerto Rico, el cual atesoro apasionadamente: la industria turística. Durante los últimos días, he perdido horas de sueño, viendo con angustia cómo las acciones de un puñado de estudiantes de mi Alma máter ponen en riesgo la industria que puede sacar a Puerto Rico de la crisis económica y fiscal que enfrentamos.

El pasado viernes, 31 de marzo, desde la entrada de mi trabajo en el Casino Metro en el Hotel Sheraton del Centro de Convenciones en San Juan, observé con incredulidad cómo un par de decenas de manifestantes se sintieron con el derecho de meterse de manera ilegal a la fuente que ubica en dichas facilidades so color de protesta a la reunión que celebraba la Junta de Supervisión Fiscal (JSF). La imagen era de caos y anarquía; jóvenes puertorriqueños ignorando reglas básicas de civilidad; queriendo comunicar su descontento con las medidas impuestas por la JCF. Este grupo infligió un daño innecesario a la ya deteriorada imagen de Puerto Rico. La ocupación anárquica de la fuente sucedió a solo horas de un vídeo repugnante de un estudiante escupiendo a la cara a un profesor universitario.

El pasado cuatrienio, durante protestas excesivas y descontroladas de algunos líderes magisteriales, advertí públicamente que en la crisis fiscal de Grecia su vital sector turístico se vio afectado, no tanto por la crisis fiscal per sé, sino por las imágenes de descontrol y caos que corrieron el mundo. Hoy, suplico a los líderes estudiantiles, políticos, y de la sociedad civil, que no permitan que su coraje y enfado con la JCF o el gobierno envíen al mundo el mensaje erróneo de que Puerto Rico no es un lugar seguro para vacacionar e invertir.

Por los pasados diez años la industria del turismo ha sido atacada con propuestas para establecer la llamada “videolotería” que no solo van a la médula de nuestra existencia sino que también afectarían lo que como industria aportamos a la UPR. Siempre hemos combatido su imposición dentro del marco de la ley y el orden público. Hemos explicado cómo la videolotería provocaría mayor pobreza y problemas sociales; hemos evidenciado cómo la videolotería representa ganancias millonarias para sus proponentes, pero pérdidas millonarias para el País; y hemos demostrado que la videolotería no crea empleos, pero pone en riesgo sobre 70 mil empleos de la industria turística. Hemos ido de frente, de cara al sol, sin necesidad de interrumpir operaciones comerciales, sin detener el tráfico, sin ocupar fuentes, sin vandalizar propiedades con grafiti y sin escupir a hermanos puertorriqueños.

Compañeros estudiantes de la UPR, la simpatía pública que pudiesen lograr ante los sacrificios y recortes dramáticos que se pretende imponerles, la pierden al tomar acciones que perjudican el diario vivir del resto del País y el modo de ganarse el sustento de miles de jefes de familia. No caigan en el juego de los extremistas. Hagan sus denuncias y planteamientos dentro de los parámetros de la ley y el orden. Gánense el favor de la opinión pública. No alimenten el coraje de un pueblo que puede entender su frustración, pero que no tolerará sus excesos.

No se auto inflijan daños por lograr una foto en Twitter o un post en Facebook. Sin ustedes saberlo, la protesta del pasado 31 de marzo redujo ingresos a la UPR. Tal vez muchos desconozcan que la industria de casinos aporta al presupuesto de la UPR. Para el año fiscal 2015-2016, nuestra industria contribuyó con sobre $62 millones a la operación de la UPR, es decir, el 23.50% de lo que produjeron las tragamonedas de todos los casinos que operan en la Isla.

El 31 de marzo los clientes que acuden a los casinos de San Juan decidieron no hacerlo. En mi centro de trabajo recibimos sobre un centenar de llamadas de clientes regulares dejándonos saber que no querían exponerse al riesgo de llegar al casino durante la protesta estudiantil. Es decir, por el temor a ser víctima de atropellos, improperios o agresiones de manifestantes descontrolados, la clientela Ismael Vega Gerente General del Casino Metrode los casinos de la zona se afectó sustancialmente. Esto sin contar los comercios que también se vieron afectados.

Mi invitación es a la reflexión. Puerto Rico no quiere, no se merece, ni necesita tener el sello de la Grecia del Caribe.

ISMAEL VEGA GERENTE GENERAL DEL CASINO METRO

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