El jueves 13 de abril se recibió la esperada respuesta del Departamento de Justicia federal al plebiscito propuesto para el 11 de junio próximo. Esta vino por medio de una carta al gobernador firmada por el secretario de Justicia interino, Dana Boente. Cuando apenas se había recibido la carta y sin haberse analizado el contenido de esta, el liderato del PPD, en un intento prematuro por salvar cara ante la opinión pública, celebró la misma. Pero la celebración duró muy poco. Una vez se analizó la carta en su totalidad, la celebración se tornó en angustia.
La carta es devastadora para el llamado ELA. Lo liquidó totalmente. Se refiere sin ambigüedades a que el actual estatus es un territorio no incorporado y que así este debe ser incluido como opción en la consulta plebiscitaria de junio próximo. Un territorio no incorporado es la colonia bajo los poderes plenarios del Congreso.
Pero no terminaron ahí los males para el PPD; la carta dice también que tanto los informes presidenciales como el Departamento de Justicia rechazan la cacareada opción ficticia del ELA mejorado (enhanced Commonwealth) por ser inconstitucional. Les señala, además, que la libre asociación es claramente la independencia y que un voto por esta es un voto por la independencia. Señala que nuestra ciudadanía es estatutaria, por lo que no está cobijada por la constitución de Estados Unidos. Por tal razón no es permanente ya que el Congreso que hizo la ley (el estatuto) la puede enmendar o derogar.
En lo que es una contradicción, la carta señala que la apropiación congresional de $2.5 millones que se hiciera en 2014 es para intentar resolver el estatus político actual. Por consiguiente, en un plebiscito para resolver el estatus colonial actual, la colonia -causante del problema- no debiera estar en la papeleta como opción.
El gobernador Rosselló y los presidentes de ambas Cámaras determinaron aceptar las enmiendas sugeridas por el Departamento de Justicia procediendo de inmediato a enmendar la ley para incluir el territorio no incorporado como una tercera opción en la papeleta. Si poniendo el territorio colonial en la papeleta y derrotándolo para siempre es la mejor manera de descolonizarnos… bienvenida la inclusión del territorio y vamos adelante con el plebiscito descolonizador.
El PPD que tanto había clamado porque se incluyera en la papeleta el estatus que por décadas tanto han defendido, ha puesto el grito en el cielo porque se lo llamaron como lo que es: territorio no incorporado (colonia) y ahora se oponen a que este se incluya. Lo que el liderato PPD quiere es perfumar la colonia para que aparezca como ELA en la papeleta, así seguir engañando al pueblo y viviendo ellos de la colonia.
Ante el cantazo de Justicia, un desesperado y atolondrado Héctor Ferrer inicialmente manifestó que se debía cancelar el plebiscito y comenzar un proceso de búsqueda de consenso entre los partidos para determinar qué debe hacerse y qué poner en la papeleta. Mire, compay… si ustedes llevan años tratando de definirse, buscando consenso interno y no lo han podido lograr, esperan actualmente hacerlo. ¡En serio! Ahora la propuesta del PPD es la abstención. ¡Cobardes!
Por la bofetada de Justicia federal a la libre asociación -“con fondos federales y ciudadanía americana”- de la bocona chavista Yulín y a su junte con los independentistas, esta se quedó muda por tres días. Cuando habló fue para rajarse del plebiscito.
Rafael Hernández Colón se opone a que se incluya el territorio en la papeleta y no el ELA. Pide, además, que se posponga el plebiscito y que si eso no se hace este no vale ‘na. ¡Por favor! Acepten que no quieren ir al plebiscito porque no tienen una definición que sea aceptable para la metrópoli y saben, además, que cogerían una paliza que sería la muerte del llamado ELA y del PPD.
El PIP -presidido vitaliciamente por Rubén Berríos- después de tanto clamar por décadas por la descolonización, señaló que habrán de abstenerse de participar. Obviamente, sin el junte con los populares /independentistas de Yulín quedaría en evidencia que la independencia no llegaría ni al dos por ciento en el plebiscito. ¡A juyir Crispín!
Independientemente de la abstención predicada por estos partidos, la estadidad irá a la consulta con todos los que la apoyamos. Los partidos no son dueños de la conciencia de los puertorriqueños. Aquellos que crean que llegó el momento de acabar con la colonia y el actual caos insular, salgan a votar con su conciencia. Olvídense de lo que les digan los “líderes” engañifas que disfrutan desde los partidos de la buena vida que a ustedes les niegan.
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