Lcdo. Iván Rivera
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Ramón, durante los próximos días leeremos y escucharemos decenas de interpretaciones sobre los resultados del plebiscito. Desde muy joven aprendí que los números son como algunos seres humanos: “si los torturas lo suficiente son capaces de decir cualquier cosa”. De lo único que debemos estar claros es que ayer no terminó el camino hacia la descolonización de nuestra patria. Ayer dimos el primer paso para la descolonización de Puerto Rico. Estoy seguro que los resultados serán una gran oportunidad para comenzar a discutir el tema de la descolonización de nuestro pueblo en varias esferas de poder en el gobierno de EE.UU., pero a la vez en el mundo entero.

Los Estados Unidos de Norte América tienen una obligación pactada con la comunidad Internacional de educar y promover la autodeterminación de sus territorios. Celebrado el plebiscito podremos percibir cuán dispuestos están a cumplir con la misma. La mesa está servida. Eso fue lo que nunca entendieron los “soberanistas” que se agarraron del boicot.

Para nosotros en el MAS, comienza un nuevo camino. Recto y directo a continuar educando y abogando por la libre asociación, la cual entendemos como la mejor alternativa descolonizadora y económica dentro de nuestra particular situación como pueblo. Un camino recto al margen de las candidaturas y aspiraciones electoreras y personalistas. Nos encargaremos de que en toda esa discusión que hoy se inicia en las distintas esferas federales e internacionales sobre el problema colonial de Puerto Rico, la libre asociación sea parte del temario. Para eso contaremos con un ejército inicial de alrededor de 8,000 valientes puertorriqueños que, a pesar del chantaje emocional, se atrevieron a salir a votar e indicar que están dispuestos a defenderla como cuestión de principios al margen de las jaujas electoreras. Ese ejército crecerá exponencialmente.

Ramón, tenemos un imperativo moral de desenmascarar a los inmovilistas colonialistas, tanto en EE.UU. como ante el resto del mundo. Debemos abochornarlos por ser inmovilistas y colonialistas. Y si ello implica además abochornar a todo aquel que por dinero, amistad y compraventa de influencias a nivel federal se preste para su juego, que también pague el precio.

Lcdo. Ramón L. Rosario Cortés
Twitter: @SecAsuntosPR

Iván, los que llamaron al boicot fracasaron. Como diría don Yeyo en Vega Baja, “el tiro les salió por la culata”.

En el 1967 nació el PNP porque el Partido Estadista Republicano rehuyó a su deber de defender la estadidad. Luis A. Ferré, junto a otros estadistas, fundaron el PNP y ganaron las elecciones del 1968. El PPD y el PIP rehuyeron ayer a su deber de defender su fórmula de estatus y corren el riesgo de desaparecer. Los resultados de ayer y los del 2016 así lo reflejan.

Hablemos de números. La participación en consultas en Puerto Rico fuera de una elección general ha sido siempre de 35% (enmienda constitucional de la edad para votar en el 1970 y la fianza y reforma legislativa en el 2012). En el 1848, el 17% de la población de Wisconsin ratificó la estadidad y en el 1911 el 7% de la población en Arizona. Ayer, Puerto Rico pidió la estadidad con una participación de más de 30% en comparación con los 1.6 millones que votaron en noviembre 2016. La estadidad sacó más del 95% de los votantes.

En 1940 se inició el proceso de admisión de Hawaii como estado con 35% de participación de sus electores hábiles y en el 1946 el de Alaska, con el 21% de su población. Ayer, Puerto Rico dio ese paso con más del 30%.

En el 1952 los puertorriqueños ratificaron el ELA con el 42% de los electores hábiles. En el 2016, el presidente del PPD, Héctor Ferrer, fue elegido en primaria como candidato a comisionado residente con el voto del 3% de los electores hábiles. En el 2012, García Padilla fue elegido gobernador con el 37% de los electores hábiles y, en el 2004, Acevedo Vilá con el 39%. Esto, pues, deciden los que votan. Ayer, Puerto Rico pidió la estadidad con más del 30% de participación.

Ayer, el pueblo votó por las opciones que nos ofreció el Departamento de Justicia federal. Ahora, es deber de todo funcionario público cumplir con la política pública que nos encomendó, una vez más, el soberano: descolonizar a Puerto Rico con la estadidad.