Puerto Rico se ha venido desarrollando bajo la idea de que los gobiernos son para sacarle, para que nos den y complazcan; y también para robarles. Todo lo malo es culpa del gobierno y todos nuestros males tienen que ser resueltos por el gobierno. Recuerdo cuando niño, cuando mi papá me sacaba a pasear, que yo le preguntaba “¿De quién es ese parque?”. Su contestación era, “del gobierno”.

Pero nunca comprendí exactamente qué era eso del gobierno. El gobierno era dueño de un montón de cosas, pero no tenía ni cuerpo ni rostro. Hoy lo comprendo un poquito mejor. El gobierno es panacea, remedio, cofre, saco de trampas y salvaguarda de los antojos de cualquiera, especialmente si es panita del partido en el poder, o en el gobierno. El gobierno cura, enseña, protege, alimenta, limpia, construye y sus arcas son víctimas dóciles y generosas de cualquier ladrón que quiera robar hasta donde le quepa el brazo. Y everybody happy! Aquí no ha pasado nada. Así se “brega” con el gobierno.

El gobierno también es fuente de empleo para todos los allegados de los que están en el gobierno. Hijos, padres, hermanos, primos, cuñados,

Los Cómplices/Co-Autores del Desastre son Hoy los que Evitan las Soluciones

vecinos, amigos y derrotados, todos acuden a buscar trabajo en el gobierno. Una vez contratados, no tienen que rendir trabajo si no quieren. El chequecito le llega como quiera. Solo que, de vez en cuando, le van a pedir que acuda a un mitin, agarrando una banderita o poniéndose una camiseta impresa, bailando y saltando al son que le toquen. Solo en momentos como esos, si están al sol, es que tendrán que sudar un poquito.

Ya se desvaneció la defensa -o la ofensiva- de que los otros son los pillos. Ya es realidad patente, confirmada, y cubierta en noticia tras noticia de que todos son pillos. Descarados y sonrientes. Todo el que tenga oportunidad de robar va a robar, sin distinción de partido. Y mientras más cerca de la cúpula, más jugoso será el tesoro. Y hay que ver cuán originales e inteligentes p

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ueden ser disfrazando el esquema de robar para hacer ver que no están robando ‘ná’. Lo peor que les puede pasar es que no los cojan ahora. Que los cojan cuando haya cambio de gobierno. Sí, porque los panitas y parientes del patio no los van a tocar. Eso se deja solo para los federales. Los FBI, ICE, ATF, DEA, DoJ, los marshals y los que bregan con la ley. No es que los de aquí no “breguen”, es que cuando los llaman, a veces no van. Como pasó en la UPR de Río Piedras durante la huelga estudiantil.

Lo mágico y trágico de todo esto es que Puerto Rico está en quiebra. En bancarrota. Pelao. Sin chavos. A riesgo de que no se puedan cubrir pensiones, de que haya que reducir la jornada laboral, de que no se vuelva a ver un bono de Navidad ni para las trullitas. Estamos a riesgo de que no haya para pagar la nómina cuando nos acerquemos a diciembre de este año, cuando más falta nos va a hacer el bono de Navidad que no va a venir.

Hay que cerrar escuelas, no hay para medicinas para quienes más las necesitan, la UPR va a tener que suspender programas. Por más maromas que se hagan de que si hay o no hay, o de que si aparecen superávits o déficits que se puedan aprovechar o que nos hundan más, lo que de veras

Los que Dilapidaron los Fondos Públicos Sin Obras en Medio Siglo No Aceptan Resposabilidades

tenemos o se desconoce o es “top secret, classified information”. Como allá con asuntos de Trump.

¡Pero pa’ robar, siempre hay!