El nuevo modelo “indu-exportacional” de Puerto Rico ya comenzó y augura un claro camino al despegue de nuestra economía. Los tiempos de financiar empresas o negocios vía subsidios, sostenimientos o dádivas gubernamentales terminaron. Hay un nuevo paradigma donde el empresarismo local y el extranjero tendrán oportunidad de lanzar compañías a través del Eco-Sistema de Capital de Riesgo, que comprenden los varios fondos de inversión (venture capital) que ya están encaminados localmente.

Estos fondos están siendo alimentados por un mínimo de $45 millones provenientes del Fondo del Seguro del Estado y de ACAA, dineros que le fueron encargados en octubre pasado a la organización con sede en New York, Community Development Venture Capital Alliance (Cdvca), experta en “Venture Capital” e “Impact Investing” y que son gestores de múltiples fondos de este tipo con gran éxito allá, para que los organicen, impulsen y capitalicen parcialmente aquí.

Este nuevo ecosistema de fondos de inversión locales abre un nuevo manantial de acceso a capital de base para empresas nuevas o jóvenes en crecimiento. Se estima que el 80% de estas, por su naturaleza visionaria, pero riesgosa, fracasarán en menos de cinco años. Sin embargo, la historia y las estadísticas comprueban que el 20% exitoso es suficientemente espectacular para resarcir con creces las inversiones fracasadas, dejando un rédito positivo mucho más atractivo que casi todos los renglones de inversión legales.

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Con las aceleraciones de Parallel 18, Guayacán, Inteco y otras, en conjunto con el financiamiento de capital de riesgo que estos fondos les pueden brindar a aquellas compañías que demuestren modelos creíbles de innovación, capacidad gerencial, equipo de operación y potencial de ventas y exportación, se ve un nuevo paradigma diversificado y sólido para empresas que se establezcan aquí.

Esto, junto con las ideas siendo plasmadas por el presidente de la Comisión de Hacienda, representante Antonio “Tony” Soto, y el senador Miguel Romero, donde permitirá a Pridco participar en el éxito de estas nuevas compañías mediante el intercambio de algunas de sus propiedades vacías y en desuso por acciones en empresas de alto potencial. Ese mecanismo puede ser crucial y ventajoso para todos, convirtiendo la pesadilla de edificios depreciados y costosos, en capital de base para empresas de progreso.

Dado el hecho de que ya están haciendo falta empleados en EE.UU. (su tasa de desempleo está a menos de 5%) cuando Puerto Rico los tiene, es lógico pensar que muchas empresas nuevas nos mirarán como sitio ideal para comenzar operaciones.

Lo que tenemos que hacer es darles la bienvenida, ofrecer aliento, acceso a capital, mentoría y en menos de cinco años esas nuevas cepas de empresas proveerán el impulso económico que necesitamos. Así se logrará alcanzar la prosperidad económica y fiscal que hace falta para darle servicios de calidad a nuestra gente, pagar deudas y reposicionar a Puerto Rico como un lugar triunfador.