Antes se hacían girar turbinas con chorros de agua en nuestras represas, allá cuando nuestras generatrices eran hidroeléctricas. Se usaba la energía cinética del agua para voltear las turbinas. La energía eléctrica generada era proporcional a la energía cinética producida por un chorro de agua que caía de alguna altura. En nuestros lagos no (no) hay suficiente altura —profundidad— para generar la electricidad que necesitamos hoy.

Pero se puede obtener movimiento —energía cinética— sin calentar agua. Se puede aprovechar el viento en diferentes tipos de molinos para mover turbinas. Se pueden aprovechar los varios movimientos del mar y las olas también. Es más, en fotoceldas se puede aprovechar la luz del sol para generar electricidad sin tener que mover nada. Se puede ir de luz a electricidad directamente en un proceso fotovoltaico. El sol nos puede dar calor para calentadores de agua y luz para fotovoltaicos. Y el sol no tiene metro para facturar nada. Pero no le diga eso al gobierno, porque va a perder el tiempo. Ni se lo cuente tampoco a los sindicatos, porque va a perder igual.

Vamos a la médula. Gastamos $5.7 millones diarios para producir electricidad que podemos producir de gratis. Con sol, mar y viento. ¿No le parece eso un despilfarro? ¿Un gasto innecesario? ¿Una entrega de dinero a los carteles de combustibles? ¿Una exportación de dinero insensata, por no decir descarada?

Estamos ante una crisis fiscal. Por estar en esa crisis es que tenemos una Junta de Control Fiscal gobernando a nuestro País. No nos podemos gobernar por que no podemos pagar lo que debemos. Podemos argumentar hasta la saciedad que estamos botando dinero. Me atrevo decir que nuestro gobierno ya sabe esto, de sobra.

…¿Pero hacerlo que beba?