OTROS ORADORES

OTROS ORADORES

Otro de los oradores recordados de aquella campaña lo es Armando Smith, quien luego fue presidente de la Comisión Industrial. Siempre comenzaba hablando de «los oradores diente de perro de la coalición» que eran los que mantenían el público hasta que llegaran los grandes líderes del Partido.

Mario Ramos Antonmattei de Yauco era invitado de todos sitios de la Isla por su oratorio florida e impactactante.

Edwin Ramos Yordán comparaba a Puerto Rico con un barco que viajaba los siete mares. Ese barco no tenía capitán, navegaba a la deriva, necesitaba a Luis A. Ferré al timón para llevarlo al puerto seguro de la estadidad. En Coamo un asistente le pidió que brincara por varios mares porque ya había escuchado el discurso antes.

Luis Ayala Del Valle y Agrait Rivera Cintrón eran los que más viajaban por todos los pueblos de la Isla. A Luis le decían el «Jíbaro de Añasco» y a Agrait «El Caminador» por su guaguita Chevrolet Camino, y porque siempre tenían «Los patines puestos». Hubo días de participar en 17 actividades en distintos pueblos o sectores, en un solo día.

Por mucho el orador más florido era don Justo A. Méndez, su oratoria a favor de la estadidad, la mujer, el joven, el trabajador, a la madre puertorriqueña, eran poesías. Era el «ruiseñor» de la campaña.

José Menéndez Monroig era el abogado con los datos, las cifras y estadísticas inimpugnables. En una ocasión trató el tema del deterioro de la educación pública en Puerto Rico, comparándola con la de los años ’30 cuando él estudiaba en «todas las escuelas públicas de Puerto Rico». Eso fue en Ponce y todos lo disfrutaron mucho, menos él.