El Reino Unido es una isla que constituye un estado compuesto por Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda del Sur e Irlanda del Norte. Es gobernado mediante un sistema parlamentario con sede de gobierno en Londres, pero con tres administraciones nacionales descentralizadas en Edimburgo, Cardiff y Belfast, las capitales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

El pasado jueves 23 de junio del 2016 es un día para la historia. Ese día los ingleses votaron mayoritariamente 52% a 48% en un referéndum (Brexit) para salirse de la Unión Europea (UE).

En un artículo en el periódico español El País en su edición internacional, escrito por el periodista británico John Carlin titulado Brexit: El mundo debe dar gracias a Reino Unido, este señala: “El consenso casi total en el mundo es que al votar en el referéndum del jueves a favor de la salida de la Unión Europea los británicos (o, mejor dicho, los ingleses) cometieron un error incomprensible, demencial y de épicas proporciones. Tras conocerse el resultado, las caras pálidas, los tonos de voz entrecortados e incluso las palabras asombrosamente sobrias —no victoriosas— de los dirigentes conservadores de la campaña por el Brexit dieron la impresión de que se habían despertado la mañana después de una noche de alcohol y desenfreno preguntándose: “¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?”.

Los ingleses, particularmente los menos educados e informados decidieron con sus votos que Inglaterra salga de la Unión Europea (UE). Los Escoceses y los Irlandeses del Norte decidieron permanecer en la UE creándose así un desgarre total de lo que hasta entonces era el Reino Unido.

John Carlin continúa: “La saludable lección que el resto del mundo debe aprender del disparate en el que han caído los ingleses, entonces, es estar más alerta que nunca al populismo barato de aquellos que pretenden llegar al poder apelando a sus prejuicios y resentimientos”. Se queja también de que la masa popular inglesa no escuchó el mensaje de los políticos, de expertos en sociología y en economía que aconsejaban mantenerse en la unión “cuyos argumentos fueron rechazados por la mayoría británica que optó por seguir las seductoras melodías de los flautistas del Brexit, conduciéndolos, como el de Hamelín, a las cuevas del infierno.”

Puerto Rico tiene mucho que aprender de esta situación. Aquí tenemos el Partido Independentista Puertorriqueño que por décadas ha abogado abiertamente por la independencia de la Isla. Este cuenta con muy poco apoyo electoral que ronda el 3%. Sin embargo un significativo número de independentistas inconformes con los estilos y posturas del PIP, se han movido hacia el PPD, haciéndose llamar soberanistas con el único fin de, ocultando su verdadera predilección, lograr la independencia para Puerto Rico.

Esos independentistas / soberanistas sigilosamente han copado las posiciones de liderato en el PPD y son los que hoy determinan la dirección de ese partido. Con un discurso populista, vago y ambivalente sobre el estatus, esos populares -ocultando sus verdaderas intenciones- tratan de confundir a la masa del pueblo que está más pendiente de la telenovela, el chisme, el baile, botella y baraja, para que eventualmente opten por lo que ellos proponen: la libre asociación que es la independencia.

Amigo lector no te dejes confundir cuando ellos te hablan de “una relación no colonial ni territorial basada en la soberanía del pueblo, que buscará ampliar el ámbito de gobierno propio de los puertorriqueños, preservar la ciudadanía estadounidense y al mismo tiempo la identidad nacional puertorriqueña, y promoverá desarrollar la presencia internacional de la Isla”. Con esa jeringonza populista, barata, llena de mentiras, pretenden venderte la independencia mediante la libre asociación ya que el ELA no colonial ni territorial no existe. Fuera de la cláusula territorial solo existen la independencia y la estadidad.

Con la libre asociación/independencia se pondría en riesgo tu ciudadanía americana, no habría Medicare ni Medicaid, no habría Becas Pell, ni existirían el programa de Ayuda Nutricional el PAN y tampoco el WIC para alimentar a las familias de recursos limitados, especialmente madres y niños. Se perderían las ayudas federales de Head Start para niños de edad pre-escolar. Se perderían los fondos federales para el Departamento de Educación que forman 1/3 parte de su presupuesto. Las familias de recursos limitados no tendrían acceso a los subsidios de vivienda de la sección 8. Perderíamos la protección de nuestros derechos civiles y libertades bajo la Constitución de los Estados Unidos, la protección del FBI, la presencia de la Fiscalía Federal y el Tribunal Federal de Puerto Rico que garantiza nuestros derechos como ciudadanos americanos.

Coge oreja Puerto Rico no dejes que te pase lo que a Inglaterra.