Medicalización – Dr. José Manuel Saldaña

ñ7 de enero de 2019

Allá para el 2009 un grupo de amigos y exfuncionarios públicos iniciamos unos diálogos que culminaron en crear una organización que denominamos El Consejo de Exfuncionarios al Servicio del Pueblo, CONEXSP. Los miembros representábamos las distintas ideologías políticas del país, y habíamos servido al país bajo varias administraciones y en distintas épocas.

A todos nos unía el deseo de continuar sirviéndole a Puerto Rico, y nos comprometimos a intervenir y manifestarnos según lo entendiéramos necesario para:

        –ayudar al país a analizar y entender los problemas con los que vivimos

        –ofrecer recomendaciones y soluciones para estos problemas

        –evaluar y orientar sobre las acciones tomadas por parte del Estado y sus     organizaciones, tanto públicas como privadas 

Por distintos factores, enfermedades, deceso y mudanza, la organización tuvo una corta vida, pero se produjeron varios documentos con recomendaciones que a pesar de haber transcurrido una década muchas de ellas tienen vigencia al presente. Este es uno de ellos que he modificado para tratar de actualizarlo y compartirlo con ustedes con el fin de ilustrar y si posible que algunas de las medidas que aún faltan por implantarse se actúe sobre ellas:

La inseguridad por concepto de la rampante criminalidad que desde hace varias décadas nos azota se ha constituido en el mayor problema para la convivencia civilizada en nuestra isla. Nuestra ciudadanía vive atemorizada de salir a la calle a llevar a cabo las funciones que normalmente se realizan en una sociedad civilizada. Los que tenemos hijos y nietos vivimos en constante zozobra cada vez que estos salen a la calle en busca de la diversión propia de los jóvenes. La emigración de cada vez mayores números de familias puertorriqueñas con buena educación y preparación en busca de una mejor calidad de vida es un serio problema que tiene consecuencias negativas para nuestro desarrollo social y económico.

Muchos sabemos y estamos conscientes de que los problemas de la criminalidad son problemas complejos que tienen múltiples causas. Estamos conscientes de que la falta de valores por causa de la destrucción de la familia como fuente de estos, así como las deficiencias de la escuela y la religión en proveerlos al igual que la pobreza y la desesperanza que ella causa son grandemente responsables por el estado de situación actual. Entendemos que esta situación (raíz del problema) hay que atenderla con premura y prioridad. Pero también entendemos que  Puerto Rico es un paciente en grave crisis. A un paciente en esa condición –como por ejemplo con un infarto y posible arresto cardiaco– no se le puede decir: “tenemos que ir a la raíz de tu problema, tienes que rebajar de peso, hacer ejercicio, reducir tus niveles de colesterol y triglicéridos, dejar de fumar e incurrir en un estilo de vida saludable”. A ese paciente en crisis hay que aplicarle medidas heroicas y drásticas de manejo de crisis que lo saquen de su condición de inmediato, para luego tratar la raíz o causas de su problema. No se puede permitir que personas que a diario escuchamos en los distintos medios  de comunicación del con intereses de pura oposición politiquera y/o personas que desean crear un caos en nuestra sociedad (los mismos de siempre) para así adelantar sus causas ideológicas, se escondan detrás de la recomendación de “ hay que ir a la raíz de los problemas” como única opción a la situación de crisis que padece nuestra sociedad, a sabiendas de que medidas de esa naturaleza tomarían décadas para comenzar a arrojar resultados positivos. La situación exige medidas que a corto y mediano plazo puedan tener resultados que comiencen a atenuar el impacto de la criminalidad que nos arropa y faciliten cierto grado de convivencia social pacífica.

En infinidad de ocasiones hemos hecho recomendaciones para tratar aspectos del serio problema de la criminalidad. Durante el pasado año (2008) tuvimos cerca de 900 asesinatos para una tasa de 23 asesinatos por cada 100,000 habitantes la cual constituye una de las más altas del mundo. Hemos llamado la atención respecto a que alrededor del ochenta por ciento (80%) de estos asesinatos se relacionan con el consumo y tráfico de drogas. Un alto número de nuestros conciudadanos sonvíctimas de asaltos para los adictos satisfacer el vicio de las drogas. Ahora observamos con gran preocupación como la modalidad del “carjacking” y secuestro ha proliferado peligrosamente en el país. Igualmente preocupante, es el alto número de personas que están cometiendo asesinatos pasionales o por venganza en los cuales un alto número de los asesinos resultan ser usuarios de drogas o alcohólicos y cometen los mismos “arrebataos”. De igual manera un alto número de los usuarios de drogas continúan adquiriendo el SIDA y muriendo de esa enfermedad por el uso de jeringuillas contaminadas. Todo esto evidentemente constituye una gran crisis social.

En gran número de ocasiones hemos expresado el hecho de que se ha demostrado tanto aquí como en otros países que el enfoque exclusivamente punitivo y de criminalización para el usuario de drogas y sustancias controladas ha fracasado y que por consiguiente es necesario y urgente modificarlo con un enfoque salubrista en el que se considere al adicto como un enfermo y se utilice la medicación y rehabilitación como estrategia de intervención. Es momento de hacerle saber al país que el problema de la drogodependencia llegó para quedarse y que es uno de los problemas con que tiene que convivir y lidiar la sociedad moderna. La droga no se va a poder erradicar, así como tampoco al adicto. Por consiguiente, se debe adoptar elenfoque salubrista como una opción prioritaria para abordar el problema de la drogodependencia y la criminalidad asociada con esta.

Estamos conscientes de que las recomendaciones que hemos hecho para atenderlos se limitan a medidas que a corto y mediano plazo han sido efectivas en otros países como Holanda y Portugal por mencionar solo algunos.

Considero necesario clarificar algunos términos:

            Medicación: se refiere a recetar a las personas que así lo necesitan fármacos o medicinas aprobadas por la FDA (Eje. Metadona, Buprenorfina) disponibles bajo el marco legal actual para lidiar con los diversos tipos de adicción a drogas. Esto complementado con servicios psicosociales integrales.

            Legalización: se refiere a remover las penalidades por la obtención y el uso de fármacos hoy no disponibles bajo el marco legal actual (ilegales). 

Los que abogan por esta opción establecen que conlleva la prescripción y el despacho de dichos fármacos a las personas adictas en lugares donde se garantice la pureza y concentración de éstos, tal como ocurre con los fármacos de uso legal. De esta forma se elimina o reduce considerablemente el uso de aquellos fármacos ilegales, contaminados, cuya pureza y concentración es cuestionable y que son obtenidos en el mercado negro.  Esto propiciaría la reducción del crimen relacionado con esta empresa ilegal. Se les impondría además el arbitrio correspondiente que permitiría utilizar los recursos generados para combatir el uso ilegal y para prevenir, tratar y rehabilitar a los que padecen de la adicción a ellos. La legalización no implica que no se perseguirá y se aplicará la ley con todo el rigor al traficante; por el contrario, conlleva ampliar la persecución y el  castigo a esta actividad delictiva               

La estrategia de intervención que hemos propuesto no incluye la legalización. Se circunscribe a lo siguiente:

1-que se despenalice el uso de marihuana se fijen impuestos por su uso. Entendiéndose por despenalizar el que no se apliquen sanciones como delito grave que conlleve cárcel, sino que se considere un delito menos grave para el usuario personal.

2-que se permita el uso de marihuana para tratar condiciones médicas como glaucoma, pacientes en quimioterapia, pérdida de peso en pacientes con SIDA y otras.

3- que se combata con todo el rigor el tráfico de drogas y se amplíen     sustancialmente las penalidades a los traficantes

4- que se amplíe el programa de metadona para tratar a los adictos a la heroínallevándolo a todos los pueblos de la   isla.

5- que se amplíen sustancialmente los programas de rehabilitación a los usuarios de drogas.

6- que se permita la venta de jeringuillas estériles a los usuarios de drogas intravenosas como medida preventiva para la Hepatitis y el SIDA.

7- que se legisle para permitir que los usuarios de marihuana y otras drogas puedan trabajar, siempre y cuando sus labores no pongan en peligro su vida o la de otras personas.

      8- que se continúe y se amplíen las cortes de drogas.

9- que se realice un proyecto piloto para la medicación de las drogas.

                         Es necesario plantearle a las esferas Federales la necesidad de que a Puerto Rico se le considere como área de desastre o crisis social y se designe a una región de la isla como proyecto piloto para implantar el enfoque  salubrista como estrategia para lidiar con el problema de la drogodependencia utilizando las medidas antes expuestas y cualesquiera otra en forma experimental por cinco años. Los resultados de este proyecto piloto pueden ser aplicados al resto de la población y en aquellas poblaciones de los Estados Unidos donde las circunstancias sean similares.

La decisión de la medicalización como estrategia salubrista de intervención no implica descartar la acción policíaca. No es viable ni efectivo un solo enfoque con exclusión de otros. Siempre será necesaria la intervención policíaca contundente para combatir el narcotráfico y para tratar con aquellos en que las medidas de prevención primaria no funcionen y prueben ser sujetos no curables o rehabilitarles.