former United Press International and The assosicated Press writer
Era un sábado como todos los anteriores. Mi costumbre era estar con mi padre en los Almacens Felix López Figueroa, negocio fundado por mi abuelo y expandido y administrador por mi padre, Pedro López Rivera. Los sábados, los dueños de cafetines y colmados de los barrios adyacentes el área urbana de Las Piedras bajaban de ‘Los montes hacer sus compras.” Checho, Matilde y Radamés tenian sus camiones listos para recibir los víveres y llevarlos a sus destinos!
La entrada al almacen tenia una plataformas donde estaba el eescritorio de mi padre y una caja fuerte. Habia colgado de una pared un pintura de un comerciante que vendía al contado y otro arruinado que vend´â a crédito. Era una forma indirecta de que los compradores pagaran en efectivo. Un sábado en 1955 vino un billetero y le vendió un número completo de la lotería. El premio mayor entonces era de $75-mil dólares. Mi padre le pagó al billetero, pero del local adyacente a su oficina estaba un ‘dependiente” del colmado, pariente de mi padre, y de nombre Ramón Valázquez. Ramón se acercó a la oficina y le dijo a mi padre Pello véndeme la mita del billete y te lo pago la próxima quincena. Papí sin dudar partio en mitades iguales las fracciones del billete. Se pagaron con el primer premio. El lunes siguiente Ramón le peguntó a mi padre; “Peyo, que van hacer con lo que te ganastes y papi le contestó “me voy para Europa por 30 días.” Quieres acompañarme? Y Ramón, sin pensarlo, le dijo que “si.” Mi padre llamó a la agencia de viaje Rivera Biascochea para que le preparan el viaje a Ramón. Los 30 días en primera clase en barcos, aviones y hoteles de cinco estrellas le costaron $5,800 dólareso más de 50-mil a dólares de hoy. Salian de Isla Grande por Pan American hasta Nueva York, en un vuelo que tomaba 8 horas con escala en Miami.
En Nueva York le esparaba el trasanlatinco United States el barco más rápido de su época que hacia la travesía de Nueva York al puerto de Southhampton en Inglaterra en Inglaterra en 3 días y medio! Sus camarotes “sun deck” eran los más exclusivos del barco. Ramón Velazquez el humilde “dependiente, con poca educación pero bueno y muy humilde haría su debut ante multimillonarios realeza y poderosos hombre y mujeres de negocios.” del Almacén y colmado de mi padre, tenía de
El viaje sería una aventura para ambos, la primera crisis era alquilarle un “frac” a Ramón para asitir a la “cena del Capitán!” El barco arrendaba los “fracs” y cobraban $125.00 por el arrendamiento el salario de dos meses de Ramón. Ramon se resistió, pero mi padre le convenció.
La Segunda crisis fue cuando sentaron a Ram´øn diametralmente opuesto a la mesa donde se sentaria mi padre. Ramón no hablaba ni palabra de Inglés. Al sentarse Ramón vió que teníâ múltiples platos y platillos, y vasos y 9 utencilios de comer. Casi se paniquea, se levantó y fué hablar con mi padre. Mi padre le dijo lo único que tienes que decirle a los mozos cuando te vayan a servir es “YES!” y haz lo que hagan las personas a tu lado en mesa y sigue todo lo que hagan.! Hicieron 28 vuelos en aviones en 32 días! Visitaron 10 paises Europeos!
El regreso lo hicieron también en primera clase, esta vez, en el trasanlántico Queen Elizabeth de la línea Cunard. Ya Ramón había tenido la experiencia de casi un mes viajando como el Agha Kahn por toda la Europa Occidental y teniendo a mi padre como su tutor.
Mi padre nunca olvidó las aventuras de viajar con Ramón por Europa Occidental y muchas veces en unas exquisitascenas, ricas en conversaciones y anécdotas, nos contaba a mis hermanos y a mi todas sus aventuras!
Regresaron y Ramón con el balance de lo que ganó en la Lotería puso una barrita con el nombre “La Esquinita” en Las Piedras de lo vivió muy bien hasta que falleció.
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